Con tan solo recordarte (Cuento corto)
Me dice mi nombre con su vocecita chillona y dulce, como si un angelito me estuviese aclamando, y yo simplemente me encuentro tan en silencio como si estuviese completamente sordo y ciego. Me sigue llamando, parece que no se quiere cansar de intentar, y yo simplemente sigo tan perdido en pensamientos borrosos e imprecisas lagunas mentales. Aun sigue persistentemente, parece que intenta llamar mi atención, pero yo sigo tan disperso en la nada, como si mi mente viajara lejos de mis cuerpo hacia no se donde y desde no se que. Esta vez prueba con tocarme el hombro y luego con moverme un poco la cabeza, luego suspira un poco y vuelve a pronunciar mi nombre, a través de esos sus labios tan bellos. Ahora finalmente logra su ansiado cometido.
Ahora me mira con sus ojitos claros, como su corazón, y brillantes, como dos diamantes preciosos recientemente pulidos. Realmente no se le podría negar nada, pienso, es que solo basta con observar su linda carita para morirse de ternura al darse cuenta de su basta alegría coqueta, o con poder sentir vivazmente el fuego de su inocencia infinita y sanadora.
-Salgamos a pasear-, me dice, rompiendo el malvado silencio relajante que una vez me envolvió sutil e intensamente, -Disfrutemos de la vida-, continua diciéndome, y yo tan solo escucho pacientemente, mirando como pronuncia sus palabras. Siento que estoy como si me hubiese hechizado con su poderosa personalidad atrayente y sus contagiosas ganas de vivir, -Es que quiero que este día sea recordando para siempre y siempre-, termina diciéndome entre risas coquetas y picaras muecas.
Y de repente vamos a pasear. No importa que sea más de media noche, o que haga intenso calor, o frió. Es que solo quiere que le acompañe a ver el tiempo pasar junto a nuestras almas unidas por el destino azaroso. Sentir que nada es imposible, solo cuando toco esa su piel, disfrutar cuando nadie disfruta, cada segundo que pasa tan rápidamente ante nuestro ser, ante nuestros ojos que miran al presente como si fuera lo único importante en esta vida, sin miedo al mañana, sin miedo a nada.
Como me gustaría poder retratar su emoción en este instante agradable, es que este segundo me marca tan profundamente, como un fuego que enciende mi corazón, una vez destruido, una vez abatido.
Ahora me abraza sin decirme nada, sinceramente puedo sentir su calido amor que irrumpe en mi alma insensata que sigue protestando por no poderle dar mas de lo que puede dar. De pronto, de entre sus anheladas caricias, sube su calida mirada. Puedo sentir mi corazón latir muy lentamente, y puedo escuchar el aire entrar tan calmosamente a mis pulmones, y no comprendo nada, ni siquiera entiendo que hago aquí. Ahora puedo ver sus ojitos sinceros que se entrelaza fuertemente con mi mirada, y ahora comprendo que es posible ver la transparencia del alma mirando los ojos de alguien. Y sin duda puedo ver que es tan transparente y que me ama, tal vez tanto como yo, pero no lo creo.
De pronto veo que me habla, con sus muecas malabares y sus gestos que hacen nacer sonrisa en mi ser confundido, es que no puedo distinguir si esto es la realidad, es que “el ahora” de este momento es tan hermoso y perfecto. Ahora mueve sus delicados labios, pero no logro escuchar nada, me muestra su alegría mediante sonrisas entre palabras y ese su parpadeo, tan cómplice, tan único de su persona. Y sigue dialogándome audazmente, parece no querer parar jamás de hablar conmigo. Ante todo, nuestras miradas no dejan de seguir fusionadas intensamente, siento que solo somos la misma persona, creo sentir lo que siente y lo que piensa, y sinceramente me siento tan bien conmigo mismo.
De pronto reacciono inesperadamente ante este trance dulce y enamorado y la fantasía real, ¿o ficticia?. -volvamos a casa-, me dice y luego me toma de la mano, y sin decirme nada mas, empieza a correr a lo incierto. y juro que no me importa donde me lleve, pues solo quiero estar al lado suyo, por que eso es lo mas importante, no se si para siempre, pero creería que si es así, pues siento que es el sentido de mi vida.
De a ratos voltea y me mira, con sus ojitos se mi cerrados, y cuando lo hace siento una emociono inmensa, un regocijo inigualable. Me entusiasmo, y me empiezo a preguntar internamente, entre tantos pensamientos enamorados, si es que me quiere tanto como yo podría querer a alguien en esta vida, tan franca e vivamente, como siempre suelo hacer.
De pronto se detiene y me mira tímidamente, parece quererme decir algo, pero no logro imaginarme que es. -Vamos a donde nadie va-. Pero no comprendo por que no le puedo responder, estoy como hechizado o hipnotizado, pareciera como si no supiera hablar, comprendo que hoy me siento tan solo un niño que no sabe lo que quiere en verdad, pero no se el por que. -Gocemos del olor a cama recién tendida-, continua diciendo, esbozando una sonrisa. Y yo continúo en este trance infinito del cual no puedo salir. -Hagamos lo que nadie sabrá que hicimos-, me dice, y yo tan solo suspiro, viendo todo como en cámara lenta. -vivamos lo que nadie pensara que vivimos-, termina diciéndomelo, susurrándome oído.
Y ese día sentimos lo que hace al mundo girar, justo en esa instancia donde consagramos por primera vez nuestra unión perdurable y perfecta, gozando de ese olorcito a cama recientemente desordenada y manchada con nuestro amor intenso, con tus travesuras atrevidas de roses inocentes y falsos desprecios que tanto me excita. Con tus histerias y manías, hicimos lo que nunca nadie supo que hicimos jamás.
Como te eh disfrutado de pies a cabeza, como te e amado tan lejos y tan cerca, sinceramente te amo, eso no lo voy a negar, es que vivimos tantas cosas juntos. Pues, sufrimos y lloramos, besamos y amamos, sentimos y disfrutamos, solo cuando toco esa tu piel.
Y ahora que me encuentro como entre rejas, atado ante este cuarto irrisorio, lleno de melancolías y horribles pesadillas. Por no saber olvidarte, suspiro entre estas malditas líneas. Por no poder saberte borrar, me estoy odiando a cada instante. Casi siempre sufro y asta a veces lloro en silencio.
Ahora me siento algo triste, es que ya no puedo estar contigo, ya no puedo hacer lo que realmente quiero, ya no puedo. Pero cada noche de desvelo atrofiante, cada mañana traidora y desesperante, cada tarde estrepitosa y bucólica, vuelvo a vivir todo lo que hicimos y lo que no hicimos, vuelvo a sentir tus numerosas caricias, lo me hacia tan bien. Perdóname si es que te molesto demasiado con estos mis escritos detestables y tontos suspiros. Es que no puedo evitar emocióname, con tan solo recordarte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario